Los coches en España son cada vez más antiguos. Esto es lo que se deduce de las cifras publicadas en los últimos años y, sobre todo, de las estimaciones realizadas por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, Anfac. Según estos datos, los coches en España tienen una media de 12 años, cifra que sube medio punto cuando se habla de vehículos ligeros comerciales, y que asciende hasta los 14 años si se incluyen los vehículos industriales.
1. Los coches viejos dominan el mercado de compraventa en España
Las estimaciones de Anfac se traducen en unas cifras que resultan todavía más sorprendentes: en España circulan más de 7 millones de coches con más de 10 años de antigüedad. De hecho, el 57% de las ventas de vehículos de ocasión se corresponden con coches de más de 10 años, mientras que la tasa de achatarramiento, o lo que es lo mismo, el número de coches que se envía al desguace por cada cien vehículos nuevos matriculados, es del 56%.
Con estos números en la mano, la patronal estima que para 2026 serán 4 millones los coches de más de veinte años que circularán por las carreteras de nuestro país, algo que se podría combatir con medidas que fomenten la adquisición de vehículos nuevos. Una de las políticas activas más eficaces en este sentido ha sido el plan PIVE, que cuando ha estado vigente ha conseguido una tasa de achatarramiento hasta del 100%, pero que lleva dos años sin ponerse en práctica.
Lo que sí se promueve desde las instituciones públicas son las ayudas a la compra de vehículos de energías alternativas, como el plan Movea y el plan Movalt. A pesar de todo, este tipo de coches todavía no son los preferidos por los usuarios españoles.
Según el director de Marketing de Volkswagen España, Albert García, los coches eco no serán populares hasta 2020, "cuando las marcas lancen una buena ofensiva en este tipo de vehículos y los usuarios se inclinen por éstos".
2. Aspectos importantes a la hora de comprar un coche usado
La compra de un coche usado no es igual que la de un coche nuevo. A la hora de llevar a cabo estas operaciones hay que tener en cuenta diversos factores para no cometer ningún fallo y realizar una compra exitosa.
- El presupuesto y el precio. Al adquirir un coche de segunda mano, el precio puede variar mucho entre vendedores, incluso siendo el mismo modelo, y es muy importante saber entender por qué y no pasarse del presupuesto.
- El estado del vehículo. Un coche nuevo siempre estará impecable, ya que sale de fábrica y no tiene ningún uso. Pero los coches de ocasión han pasado por otras manos anteriormente, y pueden presentar daños estéticos y mecánicos. Los primeros son más fáciles de identificar, pero, ante los segundos, es importante llevar a cabo un análisis más a fondo y no descartar la ayuda de un mecánico profesional que pueda evaluar detalladamente el estado del coche.
- El diseño y el uso que se le va a dar. El aspecto estético del vehículo también puede ser importante. Los coches con más edad pueden resultar menos atractivos y contar con un diseño poco actual. Aunque no sea el factor más importante, sí que puede añadir o restar valor al vehículo. También hay que pensar en el uso que se le va a dar al coche. Dependiendo de cuál sea la intención del comprador, puede que un determinado diseño o modelo no resulte el más adecuado y, consecuentemente, la compra no sea tan recomendable.
- El tipo de combustible. Actualmente, hay pocos coches usados a la venta que utilicen combustibles alternativos. La mayoría consumen gasolina o gasoil. Antes, el criterio principal para decantarse por un vehículo usado se basaba en el número de kilómetros que se le pensaba dar al vehículo, ya que el menor coste del gasoil favorecía a los conductores que pasan un gran número de horas al volante. Actualmente, hay que tener en cuenta que las restricciones para los vehículos diésel son cada vez mayores y que, en pocos años, no podrán circular por muchas ciudades.
- Los costes de mantenimiento. Todos los coches necesitan un presupuesto anual que no solo sirve para su cuidado, sino también para permitirles circular. Revisiones periódicas, cambios de aceite y filtros, el combustible, el seguro, los permisos de circulación... Según el tipo de coche y su edad, estos gastos pueden ser más o menos asequibles o realmente inasumibles. Teniendo esto en cuenta, es imprescindible calcular cuánto pueden suponer los gastos que implica la compra del vehículo, y si merece la pena adquirir un coche con unos costes de mantenimiento excesivamente altos.
3. ¿Merece la pena comprar un coche usado?
Mucha gente se hace esta pregunta, pero no siempre es fácil encontrar una respuesta adecuada. Cada comprador y cada circunstancia son diferentes, y no hay una respuesta única, pero, vistas las cifras actuales del parque automovilístico español, parece que es una gran opción para un número creciente de personas.
Además de los aspectos analizados anteriormente, a la hora de comprar un coche de segunda mano es importante valorar ciertas cuestiones relacionadas con la seguridad y el medioambiente. Un coche con bastantes años puede resultar menos eficiente en términos de seguridad, al no contar con las innovaciones y tecnologías más actuales. Y, en lo que se refiere a la contaminación, los coches que han sido fabricados bajo las normativas EURO más antiguas resultan más perjudiciales para el medioambiente y, probablemente, sufran más restricciones en términos legislativos e impositivos.
En definitiva, a la hora de comprar un vehículo, los coches usados son una alternativa que no se debe descartar. El mercado es muy amplio y siempre puede surgir una opción interesante, que se adapte al presupuesto y las necesidades de los compradores.