1. ¿Qué son los coches de hidrógeno?
Al igual que los coches eléctricos, los coches de hidrógeno buscan una fuente de energía alternativa a combustibles fósiles como el diésel o la gasolina con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes del vehículo.
Aunque el potencial de esta tecnología puede plantear un futuro que se acerque a la normativa anti-emisiones de la Unión Europea, los vehículos de hidrógeno aún están muy limitados tanto en su producción como en infraestructuras.
Sólo unos pocos fabricantes, principalmente de origen asiático, se han lanzado a la fabricación de vehículos eléctricos de pilas de hidrógeno. Algunas de las marcas que más han investido en el desarrollo de esta tecnología son Toyota, Honda, Mazda o Hyundai.
¿Cómo funcionan los coches con pila de hidrógeno?
Los vehículos eléctricos de pilas de hidrógeno incorporan unos tanques en los que se almacena el hidrógeno, del mismo modo que en los de combustión se almacena la gasolina. Al mezclar el hidrógeno con oxígeno inyectado desde el exterior del coche, en la pila de combustible se genera al mismo tiempo electricidad y vapor de agua.
La electricidad generada en la pila de combustible se almacena en las baterías y abastecen al motor. El vapor de agua se libera a través del tubo de escape.
A diferencia de un coche eléctrico, por tanto, los coches de hidrógeno generan su propia electricidad para moverse, y no tienen que ser conectados a un enchufe, aunque los tanques si necesitan ser rellenados con hidrógeno.
2. Vehículos de hidrógeno, ventajas y desventajas
Paradójicamente, el hidrógeno es a la vez fuente de las principales ventajas e inconvenientes de este tipo de tecnología. Como sucede con otros aspectos de la e-movilidad, la comercialización de los coches eléctricos con pila de hidrógeno dependerá de la ubicuidad de las infraestructuras, el precio de producción, y las posibilidades de reducir la contaminación ambiental al mínimo.
Los inconvenientes de la pila de hidrógeno del coche
- El precio de mercado es mucho más elevado que otros vehículos movidos con energías alternativas, particularmente los eléctricos, a los que puede llegar a doblar en valor.
- Usar hidrógeno como combustible no es barato. Recorrer 1 kilómetro con hidrógeno cuesta más o menos lo mismo que 1 kilómetro de gasolina, a diferencia de un eléctrico que sí que suele reducir el consumo del dueño del coche a nivel económico.
- Aunque solo suelta vapor de agua por el tubo de escape, el vehículo con pila de hidrógeno no está 100% libre de emisiones contaminantes. La producción de hidrógeno en sí misma genera emisiones, especialmente si no es residual ni proviene de fuentes renovables.
- Las infraestructuras son escasas por no decir inexistentes, con menos de una decena de puntos de recarga para coches de hidrógeno en España, destinados a vehículos de transporte público.
- Los coches tienden a ser bastante grandes ya que el depósito para almacenar el hidrógeno es muy voluminoso, por lo que hoy por hoy no existen compactos que se muevan con electricidad de este tipo.
Las ventajas del hidrógeno como fuente de energía
- La principal ventaja de los coches que funcionan con hidrógeno frente a los eléctricos es que apenas necesitan un par de minutos para repostar, acercando el tiempo de repostaje a los gasolina y diésel.
- El potencial de hidrógeno es innegable: si se obtiene mediante energía renovable o proviene de los excedentes de la producción eléctrica su impacto en el medioambiente es prácticamente nulo. Además, es una fuente de energía inagotable, a diferencia del diésel y la gasolina.
- La autonomía de este tipo de vehículos es similar a la de un vehículo con motor de combustión. Una de las principales desventajas de los eléctricos son los largos tiempos de espera en recarga, y la necesidad de enchufar el coche a menudo en distancias largas.