Son los nuevos favoritos del mercado. Los coches híbridos suponen ya un número importante (y creciente) de la facturación anual española. Y es que los híbridos aúnan lo mejor de ambos mundos, el eléctrico y el de combustión, para dar como resultado un coche adaptable y capacitado para enfrentarse a los diversos escenarios de la vida moderna diaria.
A pesar de ser ya bastante conocidos incluso para los usuarios legos en la materia, el funcionamiento del coche híbrido sigue despertando recelos y dudas para muchos otros.
No basta con saber que lo que caracteriza a un coche híbrido es su naturaleza dual, sino que para entender totalmente su funcionamiento, hay que desglosar y ver cómo trabajan sus partes.
La ventaja más directa que el funcionamiento de un coche híbrido aporta es la del ahorro, tanto en el bolsillo del usuario como para el propio vehículo. Al ser un vehículo inteligente, la gestión que realiza el coche híbrido es óptima y especialmente pensada para hacer la conducción lo más eficiente posible.
Hay que recordar que no todos los coches híbridos son iguales. De hecho, dependiendo de la ubicación de sus sistemas de abordo, pueden clasificarse en diferentes tipos. Es importante tener en cuenta este detalle a la hora de adquirir un coche híbrido, ya que cada tipo puede servir mejor o peor para diversos escenarios.
Muchos usuarios se preguntan si es posible usar un híbrido en modo eléctrico la mayor parte del tiempo, o si es posible cambiar al modo térmico simplemente en largos trayectos, cuando la capacidad del eléctrico no sea suficiente. Lo cierto es que hay tres tipos de híbridos según se quiera usar el motor eléctrico en mayor o menor medida:
Los llamados microhíbridos cuentan con un motor eléctrico más pequeño de lo normal en este tipo de coches, que funciona simplemente como soporte a la hora de cargar la batería o recuperar la energía en las frenadas, lo cual supone cierto ahorro pero sin llegar a la eficacia óptima de un híbrido.
Los híbridos suaves (mid-hybrid) cuentan con un motor eléctrico un poco más potente que el de los microhíbridos, pero este también sirve como mero apoyo al térmico, sin poder ser usado por sí mismo.
Por último, los híbridos fuertes (full hybrid) son quizás los más populares del mercado, con un motor eléctrico bastante más potente y autosuficiente capaz de propulsar el vehículo a una potencia media-alta.
Son un tipo de vehículos que no hemos mencionado con anterioridad, pero que vale la pena destacar por su tecnología y adaptabilidad. Los híbridos enchufables se parecen más a los eléctricos en el sentido de que usan el motor eléctrico con mucha más autonomía que los híbridos normales. Están pensados para ser usados en modo eléctrico la mayor parte del tiempo, y el motor térmico simplemente como auxiliar.
Son más caros que los híbridos normales, y su batería sufre un desgaste mayor, por lo que a la hora de comprar uno habría que valorar diversas necesidades: ¿cuánto tiempo usas el vehículo? ¿Te compensa más que un híbrido para las distancias largas? Dado que la batería sufre más, ¿podrías asumir el recambio de ella en el futuro?
Tras esta amplia retrospectiva sobre cómo funciona un coche híbrido, puede que te quede más claro en qué consiste su funcionamiento y así poder elegir el modelo que más te facilite la vida, te permita ahorrar más y sea, a ser posible, lo menos contaminante posible.