Tu póliza de seguro del coche puede encarecerse o abaratarse de año en año. Infórmate bien sobre el sistema de tarificación bonus malus que emplean las aseguradoras.
El seguro de automóvil es un gasto necesario si quieres disfrutar de tu coche. En España, es obligatorio contratar un seguro de responsabilidad civil o a terceros. En caso de que no se disponga de este, el conductor en cuestión puede enfrentarse a una multa que puede superar los 3.000 euros o incluso a una pena de prisión.
Dependiendo de si has abierto un parte de accidente o no, la aseguradora utiliza un sistema de tarificación conocido como bonus malus para aumentar o rebajar el importe de la póliza. Según este sistema de bonificación, si el cliente no ha sufrido ningún accidente será premiado con una rebaja; sin embargo, en el momento en el que se da un parte de un siniestro, el precio de la póliza aumentará.
Algunas entidades tienen en cuenta otros factores que pueden alterar o no este resultado, como son las condiciones particulares del seguro, el historial del conductor o su antigüedad en la compañía.
Muchos conductores se sorprenden cuando el importe anual de la póliza ha cambiado y la cuantía a pagar para el año siguiente es mayor o menor que la del anterior. Este hecho está relacionado precisamente con estas regularizaciones.
Con este sistema de tarificación, la aseguradora garantiza que el cliente que más dinero le cuesta a la compañía acabe pagando más, mientras que aquel que no tiene accidentes y que no genera gastos, sea recompensado.
¿Cómo deciden las compañías de seguros si ofrecer una bonificación por buen conductor o si aumentar el precio de la póliza por tener más siniestralidad? ¿Qué bonificaciones o aumentos de las primas pueden aplicarse?
Una característica del sistema bonus malus es que clasifica a los conductores en tres grandes grupos dependiendo del número de siniestros reportados. Dentro de estos, cada compañía determinará cómo aplica los cambios.
Si tu aseguradora rescinde el contrato antes del vencimiento, estás amparado por la ley para reclamar,ya que la legislación española impide que las compañías de seguros de coches puedan expulsar a los tomadores de seguros antes de finalizar el año. Asimismo deben avisarte con un tiempo prudencial de su decisión.
Por regla general, estas reducciones o subidas se indican en porcentajes. Las empresas del sector tienen la obligación de informar a sus clientes sobre las tablas que aplican, así que se puede solicitar a la compañía de seguros la tabla que utiliza o informarse bien antes de contratar un seguro.
Cada compañía puede decidir la tarifa que desean aplicar, así como la cantidad de años que han de pasar para beneficiarte de las primas por no informar de ningún siniestro. No olvides de leer siempre la letra pequeña y hacer todas las preguntas que necesites antes de contratar tu seguro de automóvil.
Un análisis realizado recientemente demuestra que la bonificación máxima que ofrecen las aseguradoras asciende al 50 %, a descontar del importe de la póliza. Para obtener esa elevada bonificación tienen que pasar al menos nueve años consecutivos sin haber informado de ningún siniestro.
Los accidentes provocados por un contrario no entran en este cómputo. En esos casos no eres responsable del golpe y por tanto no se exigirá ninguna responsabilidad.
Esto forma parte de una estadística, pero los porcentajes de bonificación o penalización pueden ser diferentes, incluso cuando se trata de la misma aseguradora. El tipo de seguro que tengas contratado así como el nivel de cobertura también influye en el cálculo de la póliza cuando se renueva.
Si la cobertura que has contratado está por encima de un seguro básico, las penalizaciones serán menores.
Si has tenido la mala fortuna de verte implicado en un accidente en el que no eres culpable, este no contará de forma negativa. La gran mayoría de las compañías de seguros no tienen en cuenta los accidentes que han provocado otras partes. Esto sería injusto para los buenos conductores que se encontraban en el lugar y momento equivocados.
Incluso si has sido tú el culpable de un accidente, la aseguradora puede hacer una diferenciación entre los distintos tipos de siniestros. Es habitual que un parte de responsabilidad civil, cuando se han causado daños a terceros, tenga mayor grado de penalización que un parte por daños propios.
Si contratas una póliza con cobertura a todo riesgo, un siniestro de responsabilidad civil incrementará la póliza en aproximadamente un 20 %, mientras que un parte de daños propios no pasará del 10 %, en la mayoría de los casos. Si dispones de una póliza de seguro a terceros, un accidente de responsabilidad civil supondrá un aumento del 15 % aproximadamente y uno de daños propios tan solo un 5 %.
Para la aplicación del bonus malus, las compañías necesitan conocer el historial de siniestralidad del cliente. Cuando te cambias de una aseguradora a otra, todos los siniestros que has tenido durante el tiempo que has estado asegurado, bien sea con la entidad actual o con anteriores, queda registrado. Todas las empresas de seguros pueden comprobar el historial de siniestros de cada conductor.
Para obtener esta información, las aseguradoras han de entrar en una base de datos nacional llamada SINCO. Este fichero histórico de seguros automovilísticos permite a las compañías cerciorarse de si has cometido infracciones o si has sido culpable en algún siniestro.
De esta manera, pueden tarificar los riesgos de manera adecuada y aplicar los importes correspondientes, incluso antes de que te conviertas en su cliente.
Las pólizas de seguro son un mundo muy complejo, así que antes de contratar tu seguro de automóvil no dudes comparar las tarifas de diferentes compañías aseguradoras y en cómo penalizan o bonifican los diferentes índices de siniestralidad.